TÍTULO.- EL OLVIDO QUE SEREMOS
AUTOR.- HÉCTOR ABAD FACIOLINCE
Héctor Abad Gómez dedicó los últimos años de su vida, hasta la misma noche en que cayó asesinado en pleno centro de Medellín, a la defensa de los derechos humanos. El olvido que seremos es la reconstrucción amorosa, paciente y detallada de un personaje. Pero es también el recuerdo de una ciudad, de una familia y una evocaci
Presentación del libro por el autor.
La casa de los Abad en Medellín estaba llena de mujeres:
-Tata, niñera de la abuela
– Enma y Teresa, el servicio
– la madre, Cecilia
– las cinco hijas, Maryluz, Clara, Eva, Marta y Sol
– una monja, la hermana Josefa.
Rodeados por todas ellas, los dos varones: el padre, Héctor Abad Gómez y su hijo y autor de la historia, Héctor Abad Faciolince.
En ese mundo femenino, Héctor creció querido por su padre hasta la saciedad: ¡¡¡Papi, no me adores tanto!!!. No era un padre al uso para aquellos años: llegaba a casa de su trabajo como profesor de la Universidad, en la que impartía clases de Salud Pública y se comía a besos y abrazos a su hijo, manifestaciones que a veces no eran muy bien vistas, pero que no por ello se dejaron de hacer hasta su muerte. Cuándo llegaba venía a rescatarlo de ese mundo sórdido de rosarios, enfermedades, pecados, faldas y sotanas, de rezos, de espíritus, fantasmas y superstición.
El matrimonio no podía ser mas contradictorio en su forma de pensar, pero eso mismo, constituía en el caso de ellos, una atracción, una unión, porque compartían un núcleo de ética humana en el que estaban identificados
El hombre que nos presenta Héctor Abad Faciolince, es una persona cariñosa, idealista, progresista, valiente, con claras convicciones por las que luchar, muy involucrado en la mejora de la calidad de vida de los colombianos, en los derechos de todos, que se proclamaba a sí mismo: cristiano en religión, marxista en economía y liberal en política.
De la mano del autor recorreremos las luces y las sombras de la familia y de la historia de ese gran hombre, hasta su asesinato el 25 de agosto de 1987.
Como comenta el propio escritor en su entrevista, con su libro se trató de “rescatar del olvido a mi padre”.
Muy interesante es la descripción que se realiza sobre cómo Abad Gómez entendía la personalidad humana: como un cubo:
– hay una cara que podemos ver todos, la de encima
– caras que pueden ver algunos, las de los lados
– una cara que solo vemos nosotros, la que esta frente a nuestros ojos o los demás, la que está frente a ellos
– y una cara oculta a todo el mundo, la de abajo, dónde se apoya el cubo.
Abrir el cajón de un muerto es hundirnos en esa cara oculta, la que lo protegía de los demás, su intimidad.
Héctor Abad Gómez estaba preparado para su muerte, se sabía señalado, estaba en la lista de los amenazados, pero siguió su camino de protesta. En su bolsillo, a su muerte, junto a la lista, este poema con las iniciales JLB, que recogió su hijo y que daría título a la novela-biografía
Ya somos el olvido que seremos.
El polvo elemental que nos ignora
Y que fue el rojo Adán, y que es ahora,
Todos los hombres, y que no veremos.
Ya somos en la tumba las dos fechas
Del principio y del término. La caja,
La obscena corrupción y la mortaja,
Los triunfos de la muerte, y las endechas.
No soy el insensato que se aferra
Al mágico sonido de su nombre.
Pienso con esperanza en aquel hombre
Que no sabrá que fui sobre la tierra.
Bajo el indiferente azul del Cielo
Esta meditación es un consuelo.
Poema que ha llevado al autor a realizar un relato contenido en su libro TRAICIONES DE LA MEMORIA, con el título “Un poema en el bolsillo”.
Libro biográfico póstumo, escrito en primera persona por ese narrador omnisciente, su hijo, el autor.
Os recomiendo su lectura.