UN AÑITO

Ayer, 20 de mayo, Gala, Galita la llamo yo, vino a casa. Su nombre salió de combinar Gatolandia, la protectora, con Laura,  su casa de acogida. Yo no lo cambié.

Procedía de una casa de acogida, era una gatita de la calle, miedosa, de dos años, que no sabemos qué vida había llevado.

Estaba sana, con un leve problema digestivo que resolvimos rápidamente con un buen pienso, castrada y que al menor ruido salía huyendo a debajo de una cama…todavÍa hoy se esconde alguna vez allí: es su refugio, su útero materno.

Al principio la llegada de cualquier persona a casa la llevaba a esa cama invariablemente. Nadie la podía ver. Eso ha cambiado y ahora, pasado este año, es mas sociable y aparece a fisgar…

Ha cambiado mucho, quiere mimos, es zalamera, panza arriba en cuanto te descuidas, nunca araña (ni a mi ni a los objetos-muebles etc), me deja que le corte las uñas periodicamente, se lo pasa pipa con multitud de pelotas que tenemos dispersas por toda la casa, de todos los colores, pero sus preferidas son las que le hago con papel de aluminio, que esconde y le encanta ver cómo las buscamos, para, en cinco mInutos, volver a esconder. Es un sol.

Vino tras el duelo de Missi, con el que habíamos vivido 17 años.

Es una gran compañera, limpia, respetuosa y como buena gata, a veces a lo suyo, pero eso me encanta, es su personalidad.

Espero poder celebrar muchos años con ella.